San Francisco.– La situación de los Golden State Warriors parece estar empeorando, y el incidente en el último partido contra los Minnesota Timberwolves es un ejemplo de ello. La expulsión de Klay Thompson y Draymond Green en los primeros minutos del juego, sumada a la ausencia de Stephen Curry por lesión, muestra un panorama complicado para el equipo de San Francisco.
La pelea entre Klay Thompson y Jaden McDaniels, seguida por la intervención de Draymond Green agarrando por el cuello a Rudy Gobert, generó una situación inusual en la que varios jugadores fueron expulsados antes de que se anotara cualquier punto en el partido. Esta circunstancia no se había visto en los últimos 25 años en la NBA.
Rudy Gobert había anticipado la posibilidad de que Draymond Green hiciera algo para ser expulsado cuando Curry no está en el juego. Las palabras de Gobert insinuaban que Green podría estar descontento al no jugar con su compañero estrella y que esto podría llevarlo a comportarse de manera controvertida.
El entrenador de los Warriors, Steve Kerr, defendió a Klay Thompson, argumentando que no debería haber sido expulsado y justificó la acción de Draymond Green al afirmar que intervino para ayudar a su compañero en apuros.
Con cuatro derrotas consecutivas y la caída en la clasificación hacia los puestos de play-in, la situación para los Warriors no parece ser alarmante desde el punto de vista de la clasificación, pero la sensación de que están rezagados con respecto a otros equipos es preocupante. . Los Timberwolves, con siete triunfos consecutivos, están desafiando el orden establecido en la Conferencia Oeste, y la actuación de Chris Finch y Anthony Edwards está amenazando el statu quo en la NBA.