Por: Amadeo Peralta
Santo Domingo. Nizaero– Ser policía en Rep. Dom. es una tarea muy difícil, muy sobre todo requiere de un gran sacrificio personal, familiar, económico, social y laboral, y lo peor de todo, poco reconocido, a veces muy cuestionado, pocas veces los felicitan, y a muchos hasta miedo les tienen.
Los policías deben enfrentar, no solo las inclemencias del tiempo, también hambre, muchas veces maltrato laboral diario, sin horas de salida, sin vacaciones, con impedimentos de salida permanentes, con una seguridad social pésima, no tienen derecho a protestar, y si logran ser pensionados antes de morirse, tienen que protestar para que les paguen la mísera pensión que les dan y que total, le sirve para poca cosa, son los llamados a enfrentar los mayores peligros porque son quienes persiguen a los criminales en sus diferentes categorías, aun arriesgando sus propias vidas, cuidan a la población, a los políticos, a los senadores, a los diputados, a los jueces, a altos empresarios, y a todo aquel que sienta algún temor a su seguridad personal o de sus bienes, el adefesio de Ley policial les ha prohibido buscarse otro trabajo, a pesar de ser mal pagados, cualquier ciudadano ahora los graba con su celular, y ese mismo ciudadano no se atreve a grabar al delincuente de su barrio que perfectamente conoce y sabe a qué se dedica.
Debo reconocer que de 35 mil policías, el 99% son hombres honestos y sacrificados sin dejar de mencionar que siempre habrán manzanas podridas, tal cual podría señalar a varios que no valen una guayaba podrida y que provienen del seno de hogares disfuncionales que les enseñaron a robar y a cometer otras infracciones muy graves, pero reitero, nunca serán la generalidad.
En el momento en que cada ciudadano tiene un problema, lo primero que hace es llamar a la policía en busca de auxilio y protección, y estos son los que de manera inmediata y oportuna enfrentan a las lacras sociales en el terreno que esas lacras elijan, y eso conlleva un elevado sacrificio al arriesgar sus vidas por simples desconocidos y hasta dejar huérfanos a sus hijos por el deber cumplido y nunca valorados.
Los policías en ocasiones tienen servicios de 24 y 48 horas, y a veces caen presos hasta porque un superior amanezca incomodo en vez de ir a buscar ayuda psiquiátrica y no joderle la vida a sus colegas subalternos.
Veo le caso de los oficiales que arriesgaron su vida rodeando la vivienda de un delincuente en el Sector Los Minas, y donde resultó asesinado un Mayor Policial, y sus acompañantes, varios de ellos heridos, como el caso del Coronel Rafael Cabrera Sarita, quien desde la Dirección de Investigaciones Criminales de la Policía Nacional ha venido realizando junto a otros oficiales una labor encomiable, estuvo a punto de perder su vida, ha resuelto muchos casos a puro sacrificio en diferentes provincias, ha llevado tranquilidad al país, y se ha encontrado con detractores que no valoran el sacrificio policial.
Hago un llamado al Presidente Danilo Medina, y a los congresistas para que recuerden que los policías merecen mejor vida, y por vía de consecuencia un mejor seguro de salud, de vivienda, de seguridad social, y porque aparezcan por lo menos 5 diputados o 5 senadores que los defiendan.